Las puertas de la Muralla

Puerta de Santiago

La puerta de Santiago ya existía en época romana y está totalmente modificada. Se conoce desde el siglo XII como puerta del Posticu, Porticu y Postigo. Todos estos nombres están relacionados con la existencia de un postigo encuadrado dentro de una puerta más grande. Mide 4,5 metros de ancho, el alto hasta la clave es de 5,50 metros y hasta incluso el adarve, de 6,90 metros.

Fue una puerta privada, ya que perteneció a la Iglesia y fue empleada hasta 1589 por los canónigos y sus sirvientes con el fin de acceder a las huertas. Esta puerta era la única que permanecía abierta en tiempos de peste. Ensanchada en 1759 por el Obispo Izquierdo y Tavira para facilitar la entrada de carruajes, está formada por arcos y paramentos de perpiaños de granito. Los cubos que la flanquean tienen asientos de una piedra en su parte interior, en el adarve, para descanso de los paseantes. Durante esta reforma es decorada por el interior al ser considerada como una puerta de salida. Tiene un templete en el que se colocó una imagen de Santiago Matamoros y en la parte inferior el escudo de armas del Obispo Izquierdo.

Cuando se accede al recinto histórico por esta puerta el viajero se encuentra con la majestuosa Catedral de Santa María. Tras su visita, podrá comenzar el paseo por el adarve de la Muralla a través de la cuesta que sube a ella, único acceso apto para personas con movilidad reducida. 

Puerta del Obispo Aguirre

Es la cuarta puerta abierta en el siglo XIX (año 1894). Su apertura se debe al deseo de facilitar la comunicación con el nuevo seminario, construido por orden del Obispo Aguirre, y con el antiguo cementerio. Al abrir la puerta se derribaron dos cubos de la Muralla y aparecieron lápidas romanas. Situada en una ladera, mide 10 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 8,15 metros y hasta el adarve, de 9 metros.Al atravesarla veremos unas pequeñas puertas que dan a dos habitaciones que servían de fielatos y una placa conmemorativa del obispo constructor del Seminario.

Puerta del Campo Castelo

Con motivo de la inauguración de la nueva cárcel en 1887, se hizo necesaria la apertura de esta nueva puerta para facilitar el cambio de guardia y el acceso al juzgado. También conocida como Puerta de la Cárcel, fue la tercera puerta que se abrió durante el siglo XIX. Mide 4,32 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 7,15 metros y hasta el adarve, de 8,10 metros. Esta puerta sustituye a unas escaleras de acceso, lo que condicionó sus dimensiones. Hubo que derribar estas escaleras (seguramente romanas) y el cubo en el que estaban alojadas, así como una pequeñísima parte del Reducto Cristina.

Para su construcción se aprovechó la piedra del derribo y el sobrante se empleó en la construcción de alcantarillas a las afueras de la Puerta de San Fernando y para llenar la diferencia de nivel existente entre la ronda exterior de la Muralla y la que hoy es la plaza del Campo Castelo.Atravesando la puerta encontramos la plaza de Campo Castelo, donde hay unas escaleras de acceso a la Muralla.

Puerta de San Pedro

Se cree que esta puerta ya existía en época romana. Durante la Baja Edad Media aparece en las fuentes escritas como Sancti Petri. También en época medieval es conocida como Puerta Toletana o Puerta Toledana al estar situada al final del camino procedente de Castilla, empleado sobre todo por mercaderes toledanos que comerciaban en la ciudad. Situada en una vaguada, mide 3,70 metros de ancho y unos 4,85 metros de altura hasta la clave y 10,80 metros hasta el adarve.

Antes de su modificación efectuada en 1781, estaba adintelada con vigas de madera a la altura de los postigos. Tras esa reforma, tenía un cuerpo de guardia con una estructura semejante a la de la Puerta Miñá, reconvertido en capilla y que sería derribada en 1846. La decoración se encuentra en el exterior de la puerta, por ser fundamentalmente una puerta de entrada. De este modo, hoy en día aún se ve un frontón triangular con el escudo de la ciudad, rematado con la corona real, flanqueado por dos leones rampantes y apoyado sobre un querubín y una cartela oval con la inscripción del año de reconstrucción de la puerta, 1781. Esta puerta fue y sigue siendo la entrada a la ciudad para los millares de peregrinos que se desplazaban hasta Compostela en la Edad Media a través del Camino Primitivo. Por aquí también se sale al Camino Real de Castilla hacia Astorga. Atravesando la puerta, el primer callejón a la derecha nos sitúa en la plaza del Cantiño, donde encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.

Puerta de la Estación

La llamada Puerta de la Estación se abrió a petición de algunos vecinos como consecuencia de la necesidad de comunicar la ciudad con las vías del ferrocarril. Un año después se amplió (se derribaron los cubos entre los que se había abierto) y en 1921 se ampliaría aún más, en una obra que supuso el derribo de la primera puerta y la construcción de la actual. La escasez de elementos ornamentales responde a la precaria situación económica, debido a las deficiencias presupuestarias provocadas por la Primera Guerra Mundial.

Puerta proyectada por Nemesio Cobreros en 1875 y derribada en 1921. Las dos habitaciones incrustadas en sus muros sirvieron para la recaudación del impuesto de consumos, uno de los más gravosos e injustos con las clases menos favorecidas al grabar productos de primera necesidad, durante el siglo XIX y parte del siglo XX. Su anchura es de 10 metros, su altura hasta la clave de 8 metros y hasta el adarve de 9 metros. Atravesando la puerta, encontraremos a la derecha unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.

Puerta Falsa

Esta es una de las antiguas puertas romanas de la Muralla, aunque muy modificada. Responde al tipo de puertas que los romanos llamaban posterulae, de uso exclusivamente militar, que se abrían asimétricamente en el lienzo existente entre dos torres. La salida era una trinchera excavada en el terreno. Cerrada seguramente durante la Edad Media, se abrió en el siglo XVII al instalarse en la actual plaza de Ferrol el Hospital de San Bertomeu, antes situado en la plaza Mayor. Por esta puerta entraban y salían los correos (durante muchos años fue la más próxima al camino de A Coruña, sede de la Capitanía General y de la Audiencia).

Ya en el siglo XX se cierra al tráfico y se dota de un acceso con escaleras. Situada en una ladera, el ancho es de 3,45 metros, el alto hasta la clave es de 5,65 metros y hasta el adarve, de 11,50 metros. Atravesando la puerta, a la izquierda encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.

Puerta de San Fernando

La actualmente denominada Puerta de San Fernando fue la primera de las puertas modernas. Se abrió en 1854 en el lugar donde estaba el llamado "boquete", por donde entraba en la ciudad el acueducto de origen romano. Puerta de San Fernando En 1858, con motivo de la visita de Isabel II y sus hijos, se le dio el nombre de Puerta del Príncipe Alfonso, en honor del futuro Alfonso XII, que era por aquel entonces un niño de apenas un año de edad. En 1962 se reforma, debido a toda la población que se instala en el norte de la ciudad y la dificultad del tráfico, y se decide ensanchar la puerta. De paso, se aprovechó su construcción para derribar los edificios arrimados a la Muralla en su parte exterior, que serían eliminados totalmente catorce años después.

En la actualidad, un monolito al lado de esta puerta recuerda otra visita real, la que hicieron en 1976 los Reyes de España, Juan Carlos I y Sofía. Atravesando la puerta y mirando al centro de la ciudad, se puede ver la igresia de San Froilán, patrón de Lugo.

Porta Nova

Existente en época romana, era la salida de la ciudad hacia Brigantium (Betanzos). Hasta la construcción en 1854 de la Puerta de San Fernando fue la principal vía de comunicación de la parte norte de la ciudad. En la época medieval se rehizo y es mencionada en la documentación del siglo XII como Puerta Nueva. El cuerpo de guardia que albergaba la puerta medieval era semejante al de la Puerta Miñá y, al igual que este, fue utilizado como capilla dedicada la Santa Mariña y a la Virgen de los Remedios. Esta capilla fue eliminada en el año 1785 a petición del párroco de la Iglesia de San Pedro, debido a la continua profanación de los recintos.

La puerta actual data del año 1900, dado que la anterior estaba en estado ruinoso y amenazaba la seguridad de los viandantes. Para la construcción de esta puerta nueva hubo que derribar un cubo de la Muralla. Situada en una ladera, mide 4,60 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 8 metros y el alto hasta el adarve mide 8,95 metros. En este punto desde el adarve de la Muralla se contempla una típica estampa de la ciudad con las torres de la Catedral al fondo. Atravesando la puerta, a la derecha encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.

Puerta del Obispo Odoario

El hueco se abrió en 1921 con motivo de la colocación de la primera piedra del Hospital de Santa María. El alcalde Ángel López Pérez ordenó dinamitar la Muralla para abrir la puerta, pero lo hizo sin permiso. Cinco vecinos denunciaron el hecho, lo que dio lugar a un contencioso fallado contra el Ayuntamiento. Este hecho provocó que el 16 de abril de ese año el Estado declarara Monumento Nacional a la Muralla de Lugo, con el fin de dotarla de más protección. La nueva puerta se finalizaría finalmente en 1928. Mide 12 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 9,10 metros y hasta el adarve, 10 metros.

Puerta Miñá o del Carmen

Es la puerta de origen romano que se conserva con menos modificaciones. Conocida popularmente en la actualidad como Puerta del Carmen por estar ubicada frente a la capilla de este nombre, aparece en la documentación medieval como Miné o Mineana, por ser la salida natural hacia el río Miño, nombre que derivó en el actual de Puerta Miñá.

Siguiendo los cánones de Vitrubio en este tipo de fortificaciones, está formada por un arco de medio punto y bóveda de cañón, y protegida por dos sólidas torres de perpiaños de granito. Conserva en su interior el hueco destinado al cuerpo de guarda, aunque un poco alterado; este hueco se empleó hasta el siglo XIX como capilla.

Sometida a un proceso de consolidación en 1854, se intentó su derribo para sustituirla por otra nueva en 1870, pero la situación económica municipal no permitió realizar la obra. Situada en una vaguada, el aparejo es de perpiaños de loseta y tiene 3,65 metros de ancho. Atravesando la puerta, encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla. El Camino Primitivo a Santiago deja atrás la ciudad al salir por esta puerta. 

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