Antes de  su modificación efectuada en 1781, estaba adintelada con vigas de madera  a la altura de los postigos. Tras esa reforma, tenía un cuerpo de  guardia con una estructura semejante a la de la Puerta Miñá,  reconvertido en capilla y que sería derribada en 1846. La decoración se  encuentra en el exterior de la puerta, por ser fundamentalmente una  puerta de entrada. De este modo, hoy en día aún se ve un frontón  triangular con el escudo de la ciudad, rematado con la corona real,  flanqueado por dos leones rampantes y apoyado sobre un querubín y una  cartela oval con la inscripción del año de reconstrucción de la puerta,  1781. Esta puerta fue y sigue siendo la entrada a la ciudad para los millares de peregrinos que se desplazaban hasta Compostela en la Edad Media a través del Camino Primitivo.  Por aquí también se sale al Camino Real de Castilla hacia Astorga.  Atravesando la puerta, el primer callejón a la derecha nos sitúa en la plaza del Cantiño, donde encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.