La ruta jacobea más conocida, Itinerario Cultural Europeo y Patrimonio Cultural de la Humanidad, nos ofrece una emocionante experiencia de una semana a lomos de un caballo. Desde la aldea de O Cebreiro, de origen prehistórico, pasaremos por múltiples lugares que nos mostrarán sus tesoros más preciados.

Os proponemos un viaje para compartir en grupo una semana emocionante recorriendo a caballo el Camino Francés en Galicia. Esta ruta milenaria es la más conocida del Camino de Santiago.

Es Patrimonio de la Humanidad y Primer Itinerario Cultural Europeo. En 2004 recibió el premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Nuestro periplo arranca en O Cebreiro.

Más información...
- Museo Etnográfico do Cebreiro. Teléfono: 982 369 025.
- Monasterio de San Xulián de Samos. www.abadiadesamos.com
- Consello Regulador da D.O. P. Arzúa-Ulloa. www.arzua-ulloa.org
- Oficina del Peregrino (Santiago). oficinadelperegrino.com
- Catedral de Santiago. www.catedraldesantiago.es

Día 1º

Recogida de los participantes y traslado hasta O Cebreiro

Los técnicos valorarán nuestra experiencia como jinetes

Los viajes organizados a caballo son una buena opción para que disfrutéis de manera diferente del Camino Francés, la más conocida de las rutas de peregrinación a Santiago. Dejaremos en manos de profesionales la logística requerida para el cuidado de los animales. Se encargarán, además de ofrecernos un guía, de todo el material y ayuda necesaria en ruta, alojamiento, manutención, traslados al punto de inicio del Camino y de vuelta a nuestros destinos, vehículos de apoyo y portaequipajes necesarios durante la realización de las etapas.

La peregrinación durará siete días con seis noches de pernoctación. Se distribuyen en cinco etapas ecuestres, de entre seis y siete horas de duración cada jornada. Se incluyen visitas a lugares de interés por tradición jacobea o relevancia histórica, artística, arquitectónica o paisajística. Los caballos pueden ser de raza española, inglesa o árabe, de carácter más dócil y más brioso, según nuestra preferencia y en función de la experiencia como jinetes que demostremos y que valorarán los técnicos de la organización.

En O Cebreiro conoceremos las típicas pallozas

Por la tarde llegaremos a O Cebreiro, una aldea de origen prehistórico a 1.300 metros de altitud entre las sierras de Os Ancares y O Courel, declarada Conjunto Histórico-Artístico Nacional. Tendremos tiempo de recorrer este pueblo mágico y antiquísimo que se levanta en la montaña como una aldea de cuento.
Aquí se conservan las pallozas, ejemplo vivo de adaptación del hombre al medio. Su techo de paja bien tupida soporta el peso de la nieve y resiste la fuerza del viento de la montaña. Y sus paredes de piedra baja tienen ventanas pequeñas y las puertas necesarias para dar servicio a animales y personas, que en otros tiempos convivían en su interior. Una de ellas alberga el Museo Etnográfico, que podremos visitar para comprobar cómo se vivía aquí desde hace siglos y hasta hace poco. Otras se han recuperado como preciosas posadas de peregrinos, donde es posible alojarse.

Un relicario donado por los Reyes Católicos

Durante el recorrido también podemos visitar la iglesia prerrománica de Santa María A Real. En su interior se encuentra la capilla del Santo Milagro. En una vitrina se guarda el “Santo Grial”, el cáliz y la patena, joyas del Románico, donde dicen que se obró el milagro eucarístico de la conversión de la hostia y el pan en la sangre y el cuerpo de Cristo. También veréis un relicario donado por los Reyes Católicos para guardar las reliquias.

En la cena os recomendamos degustar la gastronomía del lugar, basada en productos autóctonos, tanto de corral como embutidos. En el postre no debemos renunciar al tradicional queso de O Cebreiro, que cuenta con Denominación de Origen, acompañado de miel de la zona.

Día 2º

De O Cebreiro a Samos
  

Nos levantaremos a primera hora de la mañana y tras un buen desayuno ensillamos los caballos e iniciamos el Camino.

Pasaremos por Liñares, subiendo por entre las casas hasta la iglesia románica; el Alto de San Roque, donde nos encontramos con la estatua de un peregrino oteando el paisaje; el Hospital da Condesa, atravesando su vistosa calzada de piedra; y el Alto do Poio. Todos ellos lugares de gran belleza y valor paisajístico.

Paramos a comer en Triacastela

Llegaremos sobre la hora de la comida a Triacastela, que ya figuraba como undécima etapa del Camino en el Códice Calixtino. Es un pueblo pequeño que vive alrededor de la tradición jacobea, en cuyo centro vemos cómo se concentran las posadas para los peregrinos. Pararemos a comer y descansar en un mesón a la salida de la localidad.

A primera hora de la tarde reemprendemos el Camino por la variante de Samos, que se desvía hacia el sur por el entorno del río Sarria. Nos salen al paso numerosos ejemplos de arquitectura popular y paisajes de arboledas autóctonas, robledales y soutos (terrenos poblados de castaños), accidentes geográficos y ríos. Llegamos a San Cristovo y descendemos junto al río Oribio, cruzado por dos puentecitos, mientras nuestro trote discurre entre frondosos castaños.

Llegamos a Samos, donde podemos cenar truchas y anguilas

Pasamos varias aldeas hasta que llegamos a Samos, final de nuestra etapa. Visitamos la capilla mozárabe del Ciprés, declarada Monumento Nacional, llamada así por el corpulento árbol que la acompaña.

Y también el famoso monasterio de San Xulián de Samos, declarado Bien de Interés Cultural, que cuenta con hospedería donde reponer fuerzas y descansar. Llama nuestra atención su enorme dimensión y su variedad de estilos, debido a que se fue construyendo en varias épocas.

Durante la cena podemos degustar las afamadas truchas y anguilas de los ríos Oribio y Sarria.

Día 3º

De Samos a Portomarín
  

Desde Sarria ya se gana la “Compostela”, documento de origen medieval que acredita la realización del Camino

Después del desayuno volvemos a ensillar los caballos para ir dejando atrás el bello y fértil valle de Samos y llegar a una de las localidades más importantes del Camino, Sarria. Si es temprano, por la Rúa Maior veremos un hervidero de peregrinos, pues se juntan los que proceden de etapas anteriores con quienes lo inician aquí. Desde Sarria el peregrino ya gana la “Compostela”, documento medieval que acredita la realización del Camino y que sólo se obtiene alegando motivos religiosos. Si las motivaciones son otras nos concederán una Certificación del Peregrino.

Descendemos el pueblo y atravesamos el precioso puente de A Áspera y luego continuamos por medio de un antiguo robledal hasta llegar a Barbadelo, donde podemos visitar la iglesia románica de Santiago, Monumento Nacional. En el pueblo paramos a comer.

Descansados seguimos cabalgando mientras pasamos por distintos lugares hasta llegar a Ferreirós, primer pueblo de la Ribeira Sacra lucense. El paisaje alterna aldeas típicas de techos de pizarra con los prados de vacas pastando. Más adelante obtenemos la primera visión del río Miño en el embalse de Belesar, que atravesamos por el puente hasta llegar a Portomarín, importante referencia jacobea.

En Portomarín es típica la empanada de anguila y el aguardiente

El antiguo pueblo de Portomarín fue inundado al construirse el embalse, no sin antes trasladar piedra a piedra varios edificios, entre ellos la iglesia de San Nicolao (antes de San Xoán), muy particular por tener estructura de fortaleza y una rica decoración exterior. Es posible ver las ruinas del pueblo y el antiguo puente aflorar de las aguas del embalse cuando su nivel es bajo. Numerosos albergues y posadas nos reciben en la localidad.

Para cenar no olvidemos que la empanada de anguila y la tarta de almendras, acompañada del afamado aguardiente de Portomarín, son platos típicos de esta cocina.

Día 4º

De Portomarín a Palas de Rei
  

Por la mañana temprano, tras un buen desayuno, empezamos a cabalgar y pronto nos introducimos por senderos entre masas de pinos y robles. Pasamos por las aldeas de Castromaior, Ventas de Narón, A Previsa y Os Lameiros, donde está la capilla de San Marcos, entre robles centenarios.

Llegamos a Ligonde, donde pernoctaron los peregrinos más ilustres que el Camino tuvo en el siglo XVI, Carlos V y su hijo Felipe II. De gran importancia fue su hospital y aún hoy se conserva un antiguo cementerio de peregrinos y una gran cruz de piedra, o “Cruceiro”, de las más representativas del Camino.

En este pueblo nos detendremos a comer; podremos degustar cocido gallego, churrasco o carnes de ternera o cordero, sin olvidarnos de un postre con queso cremoso de la Denominación de Origen Arzúa-Ulloa.

En Palas de Rei visitaremos el castillo de Pambre, la única fortaleza que resistió los ataques Irmandiños en la Edad Media

Por la tarde, apartándonos del Camino nos encontraremos con el monasterio de Vilar de Donas, muy cerca de Palas de Rei.

En Ligonde pernoctaron
Carlos V y su hijo Felipe II,
los peregrinos más ilustres que
el Camino tuvo en el siglo XVI

Las “donas” fueron dos mujeres nobles que auspiciaron su construcción. Sus figuras se ven en las pinturas murales del siglo XIV que hay en su interior. Alrededor del templo encontraréis las tumbas de los caballeros de la Orden Militar de los Caballeros de Santiago, encargados de proteger el Camino. Palas de Rei atesora múltiples y valiosos templos románicos, pazos y castillos medievales como el de Pambre, la única fortaleza que resistió los ataques Irmandiños en la Edad Media.

Luego procuramos donde cenar entre los varios restaurantes, mesones y bodegas de la localidad, sin renunciar tampoco aquí a unos entrantes de queso de la Denominación de Origen Arzúa-Ulloa, tanto de granja como curado.

La localidad cuenta con varios albergues y una completa oferta de alojamiento.

 

Día 5º

De Palas de Rei a Arzúa
  

Desayunamos y ensillamos los caballos en la parte baja de la villa de Palas de Rei, conocida como Campo dos Romeiros, al lado de su nave ganadera, donde pernoctan los equinos y se celebran las famosas ferias de ganado y productos agrícolas de la zona.

Abandonamos la villa y pasamos por los preciosos pueblos de Aldea de Riba y San Xulián, surcados de arroyos y a la sombra de antiguos robles. Estamos cruzando las tierras que inmortalizó Emilia Pardo Pazán en su novela Los pazos de Ulloa.

Separándonos varios kilómetros del Camino atravesamos el paisaje de la cuenca del río Pambre, con su castillo; el río baña sus cimientos, donde vemos los molinos de agua, los puentes de madera y la vegetación de ribera.

Llegamos a Melide, famoso por su pulpo á feira

Más adelante, en la aldea de Leboreiro, encontramos el lugar ideal para una foto de grupo sobre el fondo de un cabazo, hórreo circular semejante a un canasto con techo de paja y la iglesia medieval de Santa María.
Enseguida llegamos a Melide, atravesando el puente medieval de Furelos, una de las joyas de la arquitectura civil del Camino. La villa es famosa por su tradicional pulpo á feira, cuya preparación aquí tiene justa fama y por eso pararemos a degustar unas raciones acompañadas de pan de centeno.

En la parroquia de A Castañeda, en Arzúa,
se ubicaban los hornos de cal
para realizar las obras de la Catedral de Santiago

Luego salimos de Melide en descenso, por medio de arroyos y de un eucaliptal. Llegamos a A Castañeda, donde se ubicaban los hornos de cal para realizar las obras de construcción de la Catedral de Santiago, que los peregrinos abastecían con piedras calizas traídas en sus morrales desde las montañas de O Cebreiro y Triacastela.

Pasamos Ribadiso, aldea donde se halla uno de los albergues de peregrinos más bonitos del Camino, de casitas rehabilitadas, lareira en el comedor y un jardín con escaleras directas al río Iso.

Al llegar a Arzúa encontramos todo tipo de servicios al peregrino. Aquí cenamos y pasamos la noche.

Día 6º

De Arzúa al Monte do Gozo
  

Abandonamos Arzúa después del desayuno, donde pueden servirnos sus ricas rosquillas, melindres y un poco de su afamado queso.

También nos despedimos de la iglesia de la Magdalena y de una preciosa alameda con plataneros y los monumentos al famoso queso de tetilla. Cruzamos frondosas arboledas, pasando por Salceda y Arca, en el municipio de O Pino.

Los jinetes haremos aquí una parada para descansar y afrontar el último tramo hasta A Lavacolla, donde antaño los peregrinos se lavaban en el río antes de entrar en Compostela.

Almorzamos y nos preparamos para llegar a San Marcos y al Monte do Gozo.

“Verás la maravilla del camino,
camino de soñada Compostela
-¡oh monte lila y flavo!-, peregrino,
en un llano, entre chopos de candela”
.
Antonio Machado

El Monte do Gozo es un lugar de indescriptibles emociones, pues es desde esta colina donde se contempla el perfil de las torres de la catedral por primera vez. Desde el Xacobeo 93 la zona se acondicionó con bonitas áreas de recreo y se dotó de múltiples servicios dirigidos a los peregrinos: albergues, restaurantes, hoteles, bares, capilla y fuente. Es el lugar perfecto para compartir todas las anécdotas y vivencias del Camino con compañeros y otros peregrinos. Y, por supuesto, coronar el día con una foto grupal ante el monumento al Peregrino, antes de cenar e irnos a descansar.

Día 7º

Debemos entrar en la ciudad de Santiago antes de las nueve de la mañana
  

Tras el desayuno cabalgamos hasta la ciudad Santa de Santiago. Las normas municipales establecen que la llegada de los peregrinos a caballo debe ser anterior a las nueve de la mañana.

Recalamos en la imponente Praza do Obradoiro, rodeados de piedra hecha arte. Será el momento de una última foto con los animales ante la magnífica fachada barroca de la catedral, para que la organización se encargue de su traslado.

En la Oficina del Peregrino recibimos la “Compostela”

Después os recomendamos dirigiros a la Oficina del Peregrino, muy próxima a la catedral, en la Rúa do Vilar, para obtener el sello final en las credenciales de peregrino y el certificado tradicional de la peregrinación, la conocida “Compostela”, si alegamos motivos religiosos. De otro modo nos concederán la Certificación del Peregrino.

Aprovechamos para recorrer las fachadas catedralicias antes de la Misa del Peregrino, celebrada en el templo a las doce del mediodía. En su interior podéis darle el tradicional abrazo al Apóstol, en el altar mayor; visitar sus reliquias, guardadas en una urna de plata labrada en la cripta; y maravillarvos ante la obra cumbre del Románico, el Pórtico da Gloria. Si vuestra llegada se produce en fechas litúrgicas señaladas, entonces asistiréis al espectáculo inolvidable del botafumeiro, un incensario gigante que recorre el transepto en un vuelo pendular, casi rozando la bóveda, gracias a la fuerza y habilidad de ocho tiraboleiros.

En la Misa del Peregrino
podemos asistir al espectáculo del botafumeiro,
impulsado por ocho tiraboleiros

Y, para comer, los mejores pescados, carnes y mariscos de Galicia

A la hora de comer, Santiago ofrece lo más selecto de la gastronomía gallega. En la próxima Rúa do Franco encontraréis las mejores carnes, pescados y mariscos expuestos en vitrinas refrigeradas y en acuarios a las puertas de los restaurantes.

Por la tarde os animamos a recorrer las calles empedradas del casco antiguo, plagado de monumentos, museos, salas de exposiciones y maravillosos parques urbanos que os encantará descubrir, hasta la hora de cenar. El Santiago nocturno también es toda una revelación cuando las piedras y los edificios se dejan acariciar por la iluminación de las farolas, que nos sumerge en un ambiente de irrealidad.

Día 8º

Contemplamos Santiago desde las cubiertas de la catedral
  

Después de desayunar os sugerimos aprovechar el último día en la ciudad para descubrir Santiago desde una perspectiva inusitada por las cubiertas de la catedral.

Luego podéis terminar la estancia relajándoos del esfuerzo del Camino en un spa urbano. Muchos de ellos ofrecen circuitos termales específicamente dirigidos a los peregrinos, para que vuelvan a sus hogares descansados y en plena forma.

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