Luego del relajante paseo con el que finalizamos el primer día, nos desplazamos a Meis para visitar el santuario de Nosa Señora das Cabezas de Armenteira. Si San Benitiño nos cura las verrugas, la Nosa Señora se ocupará de curar los dolores de cabeza. De hecho, el interior del templo está lleno de exvotos con la forma de esta parte del cuerpo, iluminados por las velas. Pero curiosamente el poder sanador de Nosa Señora das Cabezas va más allá: el día antes de la romería, son muchos los estudiantes que acampan en los alrededores del santuario pidiendo que los ayude con una buena memoria para poder aprobar sus exámenes.
El templo de la santa está en el recinto del monasterio de Armenteira, fundado por el noble y abad don Ero. Cuenta la leyenda que, durante uno de sus paseos por Armenteira, el abad le pidió a la Virgen poder ver el Paraíso. Entonces, en el árbol bajo cuyas ramas descansaba el abad, comenzó a cantar un pajarillo. Su son era tan agradable que el monje olvidó el tiempo que pasaba y allí quedó, sentado sobre la hierba blanda, al pie del manantial. Y así, pareciéndole que no había estado sino poco tiempo, ¡habían pasado doscientos años!. Este es uno de los milagros de la Virgen cantados por Alfonso X el Sabio, que confirma la leyenda que se cuenta en la parroquia de Santa María de Armenteira.