Un cimero paisaje de montaña nos acompañará en este paseo por las tierras más altas de Galicia. Marcadas por el aislamiento y por la soledad de su agreste naturaleza, son capaces de transportarnos a los tiempos en los que los ermitaños y las anacoretas se escondían en ellas.
Había en el Castillo del Castro un poderoso conde que tenía tres hijas muy hermosas en edad casadera. Otro conde, también rico y noble, le mandó embajada para pedirle a mano de una de las hijas. Lo del Castro recibió a los emisarios y cuando le expusieron la pretensión, como sus hijas eran tres, preguntó: ¿Cuál de ellas? Y de ahí ven que la gente le comenzara a llamar Caldelas a aquella tierra.
Vicente Risco - Leyenda sobre el topónimo de Castro Caldelas