O Ribeiro, situado en torno al curso medio del río Miño, al oeste de la provincia de Ourense y limitando con la de Pontevedra, muestra al visitante un variado repertorio de atractivos culturales, paisajísticos y gastronómicos que hacen de esta zona una de las más interesantes del interior de Galicia.

La localidad más importante es Ribadavia, bien comunicada por autovía con Ourense y Vigo, situadas a 25 y 65 km respectivamente.

El agua, tanto la de sus ríos como la de sus balnearios y embalses, juega un papel fundamental en la personalidad de la zona. Durante su paso por estas tierras, los ríos Miño, Arnoia y Avia dan lugar a sucesivos remansos y gargantas, formando así el emblemático paisaje de O Ribeiro. La mayor parte de la población se encuentra asentada en los valles fluviales. El relieve se muestra suave ante nuestros ojos, con el Faro de Avión, de 1155 metros, como punto más alto. Aunque no existen grandes alturas, la naturaleza ha dotado a esta zona de varios miradores desde los que se puede contemplar el paisaje de viñedos y huertas tan típico de esta comarca. Abundan los espacios naturales de gran valor, como Pena Corneira y las riberas del Miño, el Arnoia y el Avia.

Su ubicación en la parte meridional de Galicia, a salvo de la influencia de las borrascas atlánticas y también alejada de los rigores de las montañas, confiere a esta zona un clima de transición oceánico-mediterráneo.

La vegetación es el resultado de la acción combinada de la naturaleza y la mano del ser humano. La primera proporcionó las condiciones necesarias de suelo fértil y clima benigno, y la segunda fue adaptando progresivamente el entorno a sus necesidades. Bosques frondosos acompañan los cauces de los ríos. Entre todos los cultivos de la comarca, dispuestos muchas veces en vistosos bancales o terrazas, destaca la vid. Las diversas variedades proporcionan a los vinos de estas tierras una reputación de calidad, ya reconocida en tiempos del Imperio romano.

El paso de los siglos fue dejando una gran riqueza monumental en forma de poblaciones medievales, monasterios, iglesias, conventos y puentes. Los numerosos restos arqueológicos indican la presencia del ser humano desde tiempos remotos. Durante la Edad Media, Ribadavia albergó una gran comunidad judía cuya influencia en la gastronomía de la comarca se puede notar aún hoy. De hecho, la localidad pertenece a la red Sefarad de juderías. Actualmente, O Ribeiro dispone de una oferta muy completa de ocio, en la que no faltan eventos culturales, gastronomía, actividades lúdicas en contacto con la naturaleza, baños termales o enoturismo.

Recorrido

Proponemos una ruta de dificultad baja, con la ayuda de un vehículo, realizando trayectos cortos a pie, apta para todos los públicos e ideal para realizar en familia. La duración estimada es de tres días. La distribución de los tiempos debe tomarse a modo de ejemplo, ya que cada persona puede adaptarla en función de sus preferencias.

Día 1º

El primer día de nuestra ruta lo dedicaremos a conocer los numerosos atractivos turísticos de Ribadavia. Esta localidad, capital de O Ribeiro, está situada en la confluencia de los ríos Avia y Miño. El paisaje que la rodea es de valles fluviales, viñedos y suaves colinas.

Fue capital del reino de Galicia con el rey Don García I en el siglo XI. En el siglo XII se inició su etapa de expansión comercial y demográfica, aprovechando el impulso de los mosteiros de San Clodio y Melón. En 1164 recibió el Foro Real y en 1375 se convirtió en sede del Adelantado Mayor del Reino de Galicia. En el año 1476 pasó a ser villa condal. Su vida económica, muy próspera entre los siglos XV y XVII, estuvo siempre ligada al vino. Desde la Antigüedad, sus vinos estaban muy reconocidos en Europa y se exportaban incluso a América.

Tantos siglos de vida dejaron en Ribadavia un legado artístico y cultural de gran riqueza, lo que le valió la declaración de conjunto histórico-artístico en 1947. Podemos iniciar nuestro paseo en la plaza Mayor, donde se encuentra la Oficina Municipal de Turismo (https://turismoribadavia.gal/), en la que nos podrán facilitar un plano de la villa y cualquier otra información que necesitemos sobre el entorno. Está situada en el antiguo Pazo Condal, una edificación barroca del siglo XVII.

La lista de monumentos que merece la pena visitar es muy larga. Entre las construcciones civiles destacaremos el castelo dos Condes de Ribadavia, que se puede visitar, el Centro de Información Judía de Galicia o la antigua Casa de la Inquisición. Paseando por sus estrechas calles descubriremos el Barrio Xudeu, los restos de las murallas y varias de sus puertas, y también los principales templos de la localidad, varios de ellos auténticas joyas del románico, como la iglesia de Santiago y la iglesia de San Xoán. Si salimos del antiguo recinto amurallado, merece la pena acercarse hasta la iglesia y convento de San Domingos y la capilla de Nosa Señora do Portal, patrona de Ribadavia.

Además de la arquitectura, Ribadavia tiene muchos otros atractivos culturales. El Museo Etnológico, situado en el Pazo de Baamonde, del siglo XVIII, cuenta con una excelente colección y uno de los mejores fondos bibliográficos sobre temas históricos de Galicia. También vale la pena acercarse hasta Santo André de Camporredondo, situado a 6 km, para visitar el Museo del Vino de Galicia, antiguo priorato del monasterio de San Martiño Pinario de Santiago de Compostela, posteriormente casa rectoral, donde podremos conocer más sobre el mundo de la viticultura en nuestro país.

Hay varias fechas señaladas en el calendario festivo de la localidad. Una de ellas es el último sábado de agosto, cuando se celebra la

A Festa da Istoria (fiesta de interés turístico nacional). Es una celebración cuyos orígenes se remontan al siglo XVII. Se perdió en 1868 y fue recuperada en 1989. Durante su celebración, Ribadavia retoma el modo de vida de la Edad Media. La ropa del siglo XXI desaparece y vuelven los trajes y costumbres de la época. Hay bailes y música medieval, mercado, puestos de artesanía, bodas judías, etc. E incluso se adopta el marabedí como moneda oficial. Forma parte de la federación estatal de fiestas y recreaciones históricas y también pertenece a la federación europea de fiestas históricas.

 

También será necesario anotar otras fechas a finales de abril-principios de mayo para asistir a la Feira do Viño do Ribeiro, o a mediados de julio para disfrutar de la Mostra Internacional do Teatro.

Tanto en el pueblo como en los alrededores hay diferentes opciones de alojamiento que pueden servir como base para los siguientes días.

Día 2º

En nuestro segundo día de ruta por O Ribeiro, abandonamos Ribadavia por la carretera OU-504, en dirección O Carballiño. A poco más de 4 km, tenemos un desvío a la izquierda que nos llevará a Beade por la OU-212.

Tras cruzar la localidad, rodeada de viñedos, podremos ver a la derecha la iglesia de Santa María de Beade, que perteneció a la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, convertida posteriormente en Orden de Malta. Rematando el conjunto, a la izquierda está el famoso vía crucis, muy conocido ya que fue diseñado por Castelao, galleguista, político y artista del siglo XX. Consta de catorce cruceiros que representan las estaciones de la pasión de Cristo en su camino al Gólgota, y finaliza con el calvario, que muestra al Crucificado flanqueado por dos cruces que representan al Buen y al Mal Ladrón, que se pueden distinguir por su posición y por la expresión de sus rostros.

Seguimos nuestro camino por la carretera OU-212 en dirección a Berán, ya en el municipio de Leiro. El desvío que nos lleva hasta el balneario se encuentra a mano derecha, a 1,8 km de la iglesia parroquial de Beade. A pocos metros se encuentra el acceso a este edificio, temporalmente cerrado, con aguas sulfurosas recomendadas para tratar problemas dermatológicos. A menos de dos kilómetros se encuentra la aldea de Berán, que destaca por su trazado medieval, su hermosa iglesia de fachada barroca y varias casas situadas en las proximidades.

A 2,8 km de Berán se encuentra Leiro. Una vez allí, atravesaremos el pueblo y, tras cruzar el puente sobre el río Avia, nos desviaremos para dirigirnos al monasterio de San Clodio, reconvertido en hotel-monumento. Es conveniente saber que la iglesia del monasterio solo está abierta para celebraciones litúrgicas. De regreso a la carretera general, iremos en dirección Ribadavia y, a pocos metros, tomaremos el desvío señalizado hacia el lugar de Ponte, donde dejaremos el coche antes de entrar a la aldea por un estrecho callejón, siguiendo a pie hasta el puente de San Clodio.

De regreso a Leiro podemos tomar un desvío de 4,5 km que nos llevará a Pazos de Arenteiro. Recomendamos dejar el coche antes de cruzar el puente sobre el río Avia, ya que las calles son muy estrechas. Esta población es un importante conjunto monumental en el que destaca su iglesia románica y varias casas blasonadas, en un entorno natural de gran belleza. Es especialmente bonito el paseo por el río Arenteiro, desde el puente medieval hasta el llamado Pozo dos Fumes.

Nos acercamos nuevamente al centro de Leiro, donde veremos un indicador que señala a la derecha el camino hacia Lodos, Serantes, Paredes y Lebosende. Tomamos el desvío y, a 1,5 km, veremos a mano derecha la iglesia parroquial de San Miguel de Lebosende. A la izquierda podremos disfrutar de una preciosa panorámica sobre Leiro y sus alrededores. A este lugar se le conoce como el Balcón do Ribeiro. A 3,2 km de Leiro se encuentra Paredes, lugar donde existen numerosos hórreos y un conjunto de seis molinos en el curso del «regato do Faxón».

Continuamos nuestro recorrido y llegamos a Serantes. Tomaremos un pequeño desvío que nos llevará a la iglesia de San Tomé. Data del siglo XII, y su atractivo se encuentra tanto en el exterior, bellamente decorado, como en el interior, ya que aún conserva un interesante baldaquino de piedra.

De nuevo en la carretera, y tras dejar el lugar de Lamas, cogeremos a la izquierda una pequeña pista asfaltada que nos llevará a la iglesia de Santa María, una nueva muestra de la arquitectura románica de O Ribeiro. Desde el área recreativa cercana podremos caminar hasta Pena Corneira, una enorme masa granítica que se eleva hasta una altura de 600 m aproximadamente.

Al llegar al cruce con la carretera OU-212, si nos desviamos unos metros a la izquierda, podremos ver precisamente el gran batolito de Pena Corneira, e incluso dejar el coche y seguir los pasos del Camino Natural que nos llevaría hasta allí.

Seguimos camino de Avión, divisando a la derecha el valle del río Avia y el embalse de Albarellos. A unos 6 km tenemos un desvío que nos llevará hasta la playa fluvial del río Valderías, y podremos dar un pequeño paseo por su ribera. De vuelta a la carretera general, poco antes de entrar en Avión, tenemos a la derecha la carretera que se dirige a Beresmo, donde se pueden visitar los distintos conjuntos de hórreos, especialmente el situado junto a la capilla de San Xosé.

Desde la capital del municipio, donde también encontraremos una zona de hórreos en el lugar de Cendós, merece la pena ascender hasta la serra do Suído y recorrer la «ruta dos chozos». Tendremos que continuar por la carretera principal hasta encontrarnos con el desvío a Abelenda (que también cuenta con un importante conjunto de hórreos) y seguiremos hasta Rodeiro. Antes de llegar a lo alto, podremos divisar a la derecha algunas de estas construcciones. Para ver las demás, tendremos que dejar el coche y caminar por la montaña, ya que se encuentran repartidas por toda la sierra. Servían de refugio a los pastores, que aprovechaban los pastos de los meses más favorables del año.

Para regresar a Ribadavia, punto final de esta segunda jornada, tendremos que volver a Avión para continuar, o bien por Beade, o bien por Carballeda de Avia, si aún queremos hacer una breve parada para contemplar la pequeña iglesia románica de Abelenda das Penas.

Día 3º

Nuestro tercer día de visita a la comarca de O Ribeiro parte de nuevo de Ribadavia. Salimos por la OU-801 en dirección a Cortegada. A poco más de un kilómetro se encuentra Francelos. Dejamos el coche en la carretera, ya que las calles de la aldea son bastante estrechas. Entrando por el callejón, llegamos inmediatamente a la capilla de San Xes de Francelos, auténtica joya del prerrománico gallego. Si queremos descansar y disfrutar de las aguas termales que brotan en la comarca, continuaremos por esta misma carretera hasta Prexigueiro, que cuenta con un establecimiento termal.

De vuelta a Ribadavia, tomamos la carretera N-120 dirección Vigo, recorriendo poco más de 4 km hasta llegar a Quins. A la derecha podemos ver la iglesia de Santa María, que cuenta con varias imágenes bien conservadas, como las de San Benito y San Bernardo. Al llegar al centro de la aldea, a la izquierda, veremos una fuente-lavadero y varios hórreos. Desde aquí subiremos a pie y llegaremos a un campo donde se encuentra el conjunto de cruceiros que forman el vía crucis. La representación del calvario tiene la particularidad de que las dos cruces laterales tienen el brazo horizontal ligeramente inclinado hacia el exterior de la composición.

Siguiendo en dirección Vigo enlazamos con la A-52 e inmediatamente a la derecha tenemos una zona donde dejar el coche y comenzar una ruta de senderismo que nos llevará por las pozas del río Cerves hasta las cascadas de Tourón.

Retomamos la N-120 y nos dirigimos a Melón. En esta población se erige lo que queda del antiguo monasterio cisterciense de Santa María, formado por dos claustros y la cabecera de la iglesia, que se ha mantenido como iglesia parroquial.

Volvemos una vez más a Ribadavia y, cruzando el puente del Burgo sobre el río Avia, junto al antiguo mosteiro de San Francisco, salimos a la derecha hacia Arnoia y Cortegada por la carretera OU-402.

Antes de llegar, podremos observar un peto de ánimas con la imagen de la «Virxe do Portal». A poca distancia de este punto encontramos a mano derecha el desvío que nos llevará a la Villa Termal, un establecimiento hotelero con balneario. De nuevo en la carretera, pasamos A Laxa y A Paixón, donde se encuentra un indicador que señala el área recreativa de As Poldras, activa en verano como playa fluvial. Otros atractivos de esta localidad son la iglesia parroquial de San Salvador y la casa rectoral, convertida en un encantador alojamiento de turismo rural. A la altura del puente sobre el Arnoia encontramos señalizada el área recreativa de O Inquiau, en torno a un molino.

Seguimos camino de Cortegada hasta llegar a Meréns. En sus calles encontramos un peto de ánimas y uno de los escudos de armas de mayor tamaño de Galicia. Antes de llegar a Cortegada podemos tomar un ramal que sale a la derecha para acceder a la iglesia de San Bieito de Rabiño, donde no podemos olvidarnos de visitar el cruceiro cubierto situado en la parte posterior.

Entramos en Cortegada. Bajando por delante de la Casa do Concello llegaremos a una pista muy empinada que desemboca en la orilla del río Miño. Allí se encuentra el histórico balneario, de 1937. Siguiendo el camino que sale por detrás del edificio, llegaremos enseguida, tras recorrer algo más de un kilómetro, al mirador Coto da Pena, desde donde tenemos unas vistas magníficas del río y el balneario.

Desde Cortegada desandaremos el camino hasta A Arnoia, y continuaremos por la OU-402 hasta el municipio de Castrelo do Miño, deteniéndonos a la altura del embalse para acercarnos a la iglesia parroquial de Santa María. A poco más de un kilómetro, en Barral, está situado el complejo náutico deportivo y el paseo, zonas de mucha actividad, sobre todo en verano.

La última visita que proponemos antes de regresar a Ribadavia, punto de inicio de esta ruta por O Ribeiro, es el Parque Arqueológico do Mundo Castrexo de San Cibrao de Las. Para ir, podemos continuar por la carretera OU-402 hasta el enlace de la Autovía de las Rías Bajas, cruzando el Miño y tomando la salida en dirección O Carballiño. En Barbantes tenemos el desvío señalizado que nos llevará al castro, situado entre los municipios de Punxín y San Amaro, y al centro de interpretación, donde podremos conocer mejor este período histórico de Galicia.

De regreso a Ribadavia por la N-120 podemos parar en el área termal de Barbantes y dar un pequeño paseo de 2 km bordeando el río Miño hasta el balneario de Laias.

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