Ríos y bosques más allá de la muralla
La ciudad se encuentra estratégicamente situada en un punto elevado desde el que se domina el río Miño. El gran desnivel existente entre la ciudad y la orilla del mismo ha permitido que algunas laderas estén todavía a día de hoy cubiertas de un bosque de sorprendente calidad. El río Miño conserva igualmente un bosque de ribera y un entorno privilegiado muy fácil de disfrutar por los cómodos senderos que lo recorren. Por último, el monumento más característico de la ciudad, la bimilenaria muralla es, a ojos de las aves, un gran cortado rocoso lleno de pequeñas grietas: un polo de atracción para muchas de ellas que la emplean como lugar de nidificación.