Disfrutaremos de la monumentalidad del casco histórico compostelano y en su Mercado de Abastos cocinaremos con ayuda de un chef.

Os proponemos una escapada a Santiago de Compostela, Patrimonio de la Humanidad y capital de Galicia. Disfrutaremos del mundano placer de su exquisita gastronomía y de sus reconocidos vinos. Y despertaremos nuestras emociones al contemplar la belleza de su catedral, donde aprovecharemos para abrazar al Apóstol.

Más información...
- Catedral. www.catedraldesantiago.es
- Mercado de Abastos. www.mercadodeabastosdesantiago.com
- Centro Galego de Arte Contemporánea. www.cgac.org
- Museo do Pobo Galego. www.museodopobo.es

Día 1º

La Praza do Obradoiro y la catedral, las joyas de la ciudad

Os recomendamos llegar a Santiago a primera hora de la tarde. En el casco histórico encontraréis pensiones y hoteles con encanto en edificios envueltos de tradición e historia, en singular combinación con rehabilitaciones innovadoras.

Después de instalaros dejaos perder por la alfombra empedrada de sus calles. La catedral y la Praza do Obradoiro son visita obligada. Si nos situamos en el centro de esta plaza y giramos sobre nosotros mismos obtendremos una síntesis visual de todo lo que es Santiago: espiritualidad en la catedral; conocimiento en el Pazo de San Xerome (sede del rectorado de la universidad compostelana); autoridad en el Pazo de Raxoi (sede del Ayuntamiento); y acogida en el Hostal dos Reis Católicos (antiguo hospital de peregrinos y hoy Parador). Estilos diferentes unidos por el granito de sus construcciones.

Os sugerimos recorrer con detenimiento el interior de la catedral. El Pórtico da Gloria, obra cumbre del arte románico, es sobrecogedor. No dejéis de abrazar al Santo y visitar sus reliquias. El itinerario se inicia subiendo al camarín del Apóstol, en lo alto del altar mayor, donde se abraza su efigie. Luego se baja a la cripta, que custodia las reliquias guardadas en una urna de plata labrada. Las demás fachadas de la catedral, acompañadas de sus plazas, merecen también un recorrido pausado.

De vinos y tapas por el casco histórico, antes o después de un paseo por la Alameda

Al concluir tomad la Rúa do Franco, llamada así por ser el lugar donde antaño se hospedaban los peregrinos franceses. Captarán vuestra atención los expositores refrigerados con carnes frescas y acuarios con los pescados y mariscos en vivo, a las puertas de sus restaurantes. Aquí se exhibe lo mejor de la gastronomía de Galicia, por lo que podemos ir tomando ideas para la cena.

Al final de la calle atravesamos Porta Faxeira -lugar donde se alzaba una de las siete puertas que se abrían en la muralla medieval-, paso natural que comunica el casco histórico con la Alameda, el gran parque del centro de Santiago. Contiene bellas sorpresas como un eucalipto centenario, hermosos jardines de camelias y un pequeño bosque de viejos robles. Desde el Paseo da Ferradura tendréis una visión frontal de la catedral, que destaca entre el resto de edificios históricos. Es una imagen fascinante en cualquier momento del día pero, al declinar la tarde, la luz le concede una atmósfera mágica.

A la hora de cenar es una costumbre muy arraigada ir de vinos y tapas de local en local por el casco histórico, aunque la exquisita variedad de restaurantes en Santiago también invita a cenar de plato. Cuando cae la noche estas calles ofrecen más posibilidades. Una es tomar una copa tranquila al encuentro de los compostelanos y gozar de los paseos nocturnos por sus calles envueltas en una iluminación amarilla y nostálgica que transmite sensaciones románticas.

 

Día 2º

El Mercado de Abastos, el segundo lugar más visitado tras la catedral

Después del desayuno os proponemos un pequeño paseo hacia el Mercado de Abastos, el segundo lugar más visitado de Santiago tras la catedral. Para sacarle el máximo partido podéis apuntaros a un taller gastronómico, que incluye la experiencia de comprar aquí los ingredientes y luego cocinarlos.

En los pasillos de la plaza nuestro olfato se inundará con los aromas de los productos frescos de la huerta, el marisco y el pescado de las lonjas de Ribeira y A Coruña, junto con los quesos y panes artesanos, vinos y licores. Nos sorprenderá la variedad, tamaños y colores, y nuestro oído se envolverá de reclamos e invitaciones de los comerciantes para oler, tocar e incluso catar su producto, autóctono y de proximidad. Todavía perdura la figura de la “paisana”, que vende a pie de plaza la cosecha de su huerta, la miel de sus colmenas, los huevos de sus gallinas o los pollos vivos de corral. Las más conocidas son las pementeiras de Padrón.

Podemos cocinar nosotros mismos los productos adquiridos en el mercado, con ayuda de un chef

Más tarde, a los fogones, el chef nos orientará pero nosotros cocinaremos. En función de los ingredientes adquiridos podremos hacer un guiso de pollo de aldea, el tradicional pulpo á feira, carne ao caldeiro, empanada de zamburiñas, salpicón de marisco o un arroz marinero con bogavante. Según nuestro gusto o estilo podremos elegir o combinar lo tradicional con preparaciones más vanguardistas. De postre aprenderemos a elaborar la afamada tarta de Santiago, una delicia de almendras desmenuzadas. Entre cocción y cocción saborearemos una copa de los reconocidos vinos de las denominaciones de origen gallegas, mientras intercambiamos trucos y consejos culinarios con los profesionales.

El parque de Bonaval desemboca en un antiguo cementerio, escenario de múltiples espectáculos al aire libre

Tras la sobremesa os sugerimos acercaros al parque de Bonaval, antigua finca y cementerio de un convento dominico. Accedemos por el paso entre el Museo do Pobo Galego y el Centro Galego de Arte Contemporánea. El paseo discurre en ascenso por una ladera conformada por senderos, bancadas y muros de esquisto. Nos acompañará el susurro del agua de fuentes, canales y aljibes y una vegetación armoniosa de magnolios, frutales y robles. Por el camino hallaréis una escultura de Chillida con forma de marco. Probad a situaros detrás de ella y de cara al paisaje para descubrir una visión diferente del casco histórico, repleto de tejados y chimeneas. Caminando no os será difícil llegar a un cementerio, hoy desacralizado, cuyo entorno mágico y especial acústica se aprovecha en ocasiones para la celebración de espectáculos musicales.

Asistimos a una cata de vinos

Después os recomendamos regresar al taller gastronómico para redondear la experiencia con una cata de vinos dirigida por un enólogo. Os sorprenderá ser capaces de percibir las sutilezas y las diferencias entre ellos gracias a la orientación profesional. Con juegos de ensayo visual, olfativo y gustativo podremos fijarnos en el tono verdoso de un blanco joven y en el dorado de uno de barrica; en una nota fresca de manzana y en otra que recuerda más a pan; o la densidad mayor o menor en boca. Y aunque un experto precisa horas y horas de estudio, nuestros sentidos habrán disfrutado de los colores, olores y sabores de los vinos de las denominaciones de origen gallegas.

Día 3º

De compras por el casco histórico

Tras el desayuno, un paseo matinal nos contagiará de la vida y dinamismo que los peregrinos, los compostelanos, los turistas y los universitarios le imprimen a las calles de Santiago.

Mientras caminamos podremos explorar el comercio tan activo que existe en el casco histórico y que se configura como un centro comercial abierto y monumental. Desde los artículos de marroquinería que se exhiben en los puestos de la Rúa Nova hasta los orfebres artesanos del azabache y de la plata situados en el entorno de la catedral, podemos encontrar casi de todo.

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