Precisamente en las Rías Altas de Betanzos y de Ares, desembocan los ríos Mandeo y Eume. Unos bosques de ribera frondosos y llenos de vida acompañan a ambos ríos en su viaje, dejando a su paso bellos paisajes, pozas, cascadas, puentes, molinos, refugios de pescadores…

El Parque Natural das Fragas do Eume cuenta con infinidad de rutas que permiten conocer todos sus recovecos, sorteando el río bajo carballos, castaños,  abedules y alisos que conviven con gigantes helechos del Tercierio. En esta ocasión os proponemos empezar a descubrir las fragas por la Senda dos Cerqueiros (Monfero), para adentraros en el último bosque atlántico.

A lo largo del río Mandeo, donde seguro que podréis ver alguna que otra trucha, se suceden los alisos, sauces, abedules o avellanos. Como en las Fragas do Eume existen varias rutas de senderismo, os proponemos empezar por una de ellas: la ruta del río Cambás, un afluente del río Mandeo. A través de esta senda disfrutaréis de de pozas y cascadas y os internaréis en la bella Fraga das Barbudas (Aranga).

¿Vais a perderos la oportunidad de conocer ambas fragas? ¡Animaos!. ¡Merece la pena!

El último bosque atlántico

Fragas do Eume

Encajado y escondido en un profundo valle, el río Eume corre animoso cuando sus aguas se ven libres de las ataduras de la presa. En el embalse se refleja el mosaico de colores de los grandes bosques que lo rodean. Se intuye su fuerza contenida, como si el río se diera un respiro antes de saltar por las paredes abruptas del cañón.

El gran bosque atlántico de Galicia, las Fragas do Eume, esconde en sus entrañas árboles maravillosos, musgos y líquenes, fauna salvaje, molinos que con los susurros constantes del agua llenan de magia los sentidos del visitante. En medio del bosque, surge la figura delantiguo Monasterio de Caaveiro. Entre estos muros vivieron los monjes, oraron y trabajaron las tierras en perfecta armonía con la naturaleza.

Hoy día las Fragas do Eume ofrecen una red de senderos que facilitan el viaje hacia el corazón del bosque, un corazón verde en el que podrás perderte entre acebos, madroños, robles y castaños centenarios. Cubiertos por las hojas gigantes de helechos primitivos quizá se escondan los duendes que encantan este espacio. Una paleta de colores nos llevará desde los amarillos otoñales hasta el paraguas verde que forman las hojas que mitigan el calor de las tardes de primavera y verano. Para comenzar, os proponemos uno de sus senderos más hermosos: Os Cerqueiros.

Ruta de Os Cerqueiros
Punto de inicioTipo de rutaKmDuración estimadaDificultad en progresiónDificultad en orientación
A Pila da Leña (Monfero)Circular83 h.BajaBaja
PERFIL: Todos los públicos

La senda de Os Cerqueiros es muy fácil, no tiene pérdida, y además, os permitirá conocer la inmensa vegetación de este Parque Natural. Para encontrar el punto de inicio, tendréis que acercaros hasta el Monasterio de Monfero y tomar dirección hacia A Visura. Una vez allí, tomaréis sentido A Pila da Leña, hasta encontraros con unos paneles de información que os darán la bienvenida oficial a Os cumios de Sanguiñedo y a nuestra Senda dos Cerqueiros. Esta senda empieza y termina entre pinos, atraviesa una fraga intensa y profunda y se asoma al monte bajo. Por si fuera poco, os brindará la oportunidad de acercaros a las orillas del embalse, o de visitar antiguos poblados hoy abandonados, con su mensaje sobre la tradicional vida de estas tierras.

¡Atentos! Recorreréis parajes donde mora el lobo, esquivo y prudente en su relación con los humanos.

Empezaréis bajando entre pinos y prados. Muy pronto, a vuestra izquierda, veréis cómo nacen el valle y fraga de Teixeiro, que enseguida ganan profundidad, escondiendo en sus entrañas árboles maravillosos, fauna salvaje, molinos, musgos, líquenes y la luz mágica de las fragas silvestres. Todo este tesoro, está protegido por la ausencia de caminos y las fuertes pendientes del valle. La pista, en este tramo aún está abierta a grandes vistas, en competencia con el misterio que se intuye en el valle que se hunde a vuestra izquierda. Al fondo de este escenario natural, encontraréis el pico Fontardión.

Seguiréis el camino hasta llegar a una curva de 90 grados a vuestra derecha, donde tendréis que tomar una decisión: continuar la senda de Os Cerqueiros o aventuraros por un amplio sendero que os llevará hasta el embalse, regalándoos una incursión en aquel bosque misterioso que se observaba desde el inicio de la ruta.

De nuevo en la senda principal, retomaréis el camino, que se internará en una fraga que os ofrecerá distintas propuestas de desvío, cortas pero muy interesantes, así que si vais con tiempo, ¡no os los perdáis! La ruta os llevará de nuevo a la pista asfaltada, que os llegando en pocos minutos al punto de inicio de la ruta.

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Paz entre cascadas

Fraga das Barbudas

Hay paz en el rugido del río. Las aguas corren y saltan entre las rocas, llenan con su voz el valle y el bosque, suenan a paz y a tranquilidad.

El río Cambás traza una línea profunda y quebrada a través de la Fraga das Barbudas. Numerosas cascadas multiplican la voz del río. Un paisaje de pendientes y grandes árboles, que tan pronto filtran los rayos del sol sobre un prado como esconden sombríos rincones en los que campan los musgos y los líquenes.

Cabras, zorros, corzos y jabalíes son testigos de esta intensa relación entre el río y el bosque. Aguas abajo nos espera el río Mandeo, y con él la frondosidad de otros bosques que lo acompañarán en su camino hacia el mar.

Ruta de A Fraga das Barbudas
Punto de inicioTipo de rutaKmDuración estimadaDificultad en progresiónDificultad en orientación
Ponte de Reboredo (Aranga)Lineal8 (ida y vuelta)4 h.AltaMedia
PERFIL: Senderistas ocasionales

El recorrido que proponemos sigue el curso del río Cambás desde su desembocadura en el río Mandeo. Como forma parte de la red de Senderos del Mandeo, está señalizado, así que ¡a disfrutar de la naturaleza! Podéis dejar el vehículo cerca de Ponte Aranga dejando el río a vuestra derecha, hasta encontrar el punto de inicio de la ruta en A Ponte do Reboredo.

Las cascadas se suceden, cada cual más hermosa, culminando en una secuencia de tres saltos de agua que bien pueden alcanzar los 20 metros de altura. ¡No os dejarán indiferentes!

En el primer tramo, el camino remonta el cauce del río entre fragas y rápidos, molinos y prados, hasta alcanzar la minicentral eléctrica de Barreiros. Desde ésta, el sendero a veces se complica, pero no os preocupéis, encontraréis pasarelas y pasamanos que os ayudarán a continuar fácilmente.

Al llegar a la confluencia con el río de A Palanca, el camino sigue el cauce de éste entre cascadas. De nuevo, una minicentral será el siguiente hito del camino. Se trata de una instalación antigua y abandonada, que en su día abastecía de electricidad a las aldeas de las proximidades. Espectacular el trabajo realizado en las escarpadas laderas para facilitar el acceso a las personas encargadas cada tarde de bajar a “encender la luz”. Remontaréis la fuerte pendiente usando los peldaños que aún sobreviven de la antigua escalera y llegaréis a la parte alta del valle. En esta zona el arbolado es impresionante.

La ruta os brindará la ocasión de salir del valle para ir hacia la aldea de O Couce. Poco antes del pueblo, entre prados y campos de labor, merece la pena detenerse a contemplar la masa forestal que acabáis de recorrer, seguro que una sonrisa os acompañará en ese momento. Con el sentimiento de la satisfacción del deber cumplido y del maravilloso entorno que acabáis de descubrir, es el momento de dar la vuelta hacia el punto de inicio.

En la confluencia del río de A Palanca con el Cambás, podréis ver antiguas señales y carteles que indican la antigua ruta que remontaba por éste, hasta la cascada de Castro Rodicio. Un derrumbe de terreno impide seguir el camino, aunque es posible remontar por el cauce, si no baja más agua de lo normal y buscar las trazas del sendero ya perdido. Pero ya estamos hablando de una ruta no marcada y con ciertos riesgos. Antes de afrontarla, todos debemos asegurarnos de nuestras fuerzas y conocimientos técnicos.

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