Las villas termales de Laias y O Carballiño nos brindan las propiedades salutíferas de sus aguas mineromedicinales. Combinaremos esta experiencia con la riqueza vitícola de las tierras de O Ribeiro, donde visitaremos una bodega y degustaremos sus excelentes vinos.

Os proponemos aprovechar la particular simbiosis entre termalismo y enoturismo en el corazón de Galicia con una escapada a las tierras de O Ribeiro y O Carballiño. Aquí las aguas curan, generan paisajes de gran belleza y ejercen una influencia beneficiosa en el cultivo de la vid

Más información...
-Denominación de Origen O Ribeiro. www.ribeiro.es
-Balneario de Laias (Cenlle). Teléfono 988 280 409
-Gran Balneario de O Carballiño. Teléfono 988 270 926
-Bodega Viña Meín. www.vinamein.com

Día 1º

Aguas mineromedicinales y paisajes con encanto en Laias

Las aguas de Laias se disfrutan desde la época romana
Las comarcas de O Carballiño y O Ribeiro, en la provincia de Ourense, se conocen desde antiguo por el agua termal y el vino de la Denominación de Origen O Ribeiro, que hoy siguen siendo la base de su economía. En este entorno, el municipio de Cenlle proporciona espacios donde el agua, que brota a más de cincuenta grados, sana y además genera lugares de espectacular belleza.

Para alojarnos, el lugar cuenta con casas rurales y un hotel-balneario en la parroquia de Laias, donde los antiguos romanos se establecieron para explotar las arenas de oro que arrastraba el Miño. Os aconsejamos llegar a Cenlle a primera hora de la tarde para disfrutar de manera relajada del paisaje y de sus aguas mineromedicinales, cuyos beneficios ya apreció en el año 999 el rey de León Bermudo II, que acudía aquí acompañado del príncipe Alfonso V para curarse y aliviarse de su gota.

Una caminata por la ribera del Miño
Una vez instalados en el alojamiento elegido, os sugerimos empezar a entrar en contacto con este paisaje de agua y bosque. En el exterior de la villa termal de Laias existe un paseo de algo más de dos kilómetros que permite caminar entre la vegetación de ribera, siguiendo el curso del Miño hasta el pueblo de Barbantes-Estación.
A lo largo del sendero, señalizado y de fácil recorrido, apreciamos como las aguas mansas y embalsadas del río reflejan como un espejo estas laderas pobladas de viñedos, de pequeñas aldeas y de una frondosa vegetación de carballos, cerquiños y otras especies ribereñas. En el camino sentiremos la frescura y también cierto misterio al caminar junto a los troncos retorcidos y cubiertos de musgo de los robles que van saliendo al paso.
Otros tramos tienen un aire más romántico cuando las hojas caen y van mullendo el camino. En la otra orilla del río se alzan casas señoriales como el Pazo de Rioboo, del siglo XVII, cuyo bello portalón de estilo barroco con influencias compostelanas parece saludarnos amigablemente.

Una sesión termal en el balneario.
Al terminar el paseo, podemos culminar la tarde en las instalaciones del balneario, dejando que los beneficios de sus aguas hipertermales y predominantemente bicarbonatadas y alcalinas hagan efecto sobre nuestra salud. Su piscina exterior de agua caliente y la terraza contigua son como un balcón con vistas privilegiadas al embalse de Castrelo de Miño.

La cena, a base de empanada y carne, con vino de O Ribeiro
A la hora de cenar, estas tierras cuentan con excelentes productos de la cocina tradicional gallega. Podemos empezar el menú con empanada y seguir con carne richada, cachucha (cabeza de cerdo) o lacón con grelos, acompañados por los vinos de la Denominación de Origen O Ribeiro. Os aconsejamos aplazar la degustación del pulpo á feira para la jornada de mañana en O Carballiño, donde las polbeiras gozan de fama merecida.

Día 2º

Una jornada en la villa termal de O Carballiño

Después de desayunar os proponemos acercaros en coche a la villa termal de O Carballiño, a la que llegaréis por la AG-53 y luego tomando las salidas señalizadas hacia la localidad. Originales edificios, balnearios y paseos fluviales a orillas del río Arenteiro la hacen ideal para pasar parte del día.

El sorprendente estilo del Templo de la Veracruz
Podemos empezar visitando una de las construcciones que más llama la atención a quien llega por primera vez, el Templo de la Veracruz, del arquitecto gallego Antonio Palacios. Es un edificio de estilo “historicista” en el que se mezclan distintos elementos decorativos de períodos artísticos como el románico o el gótico y se añaden almenas de castillos o pazos. Todo ello define una obra muy particular, que está presente en otras construcciones como el Templo Votivo de Panxón o la Virgen de la Roca en Baiona.

El agua medicinal del Gran Balneario de O Carballiño
Después, siguiendo la calle Marcelino Parrondo, alcanzamos la avenida do Balneario y pronto veremos el Gran Balneario de O Carballiño emerger tras su verja entre una magnífica arboleda de robles y hayas centenarias. Este bosque incrementa el encanto que tiene de por sí el edificio, con su torre almenada, su gran galería blanca y su linterna acristalada en el centro. Os sugerimos que entréis en el recinto, donde se encuentra el Pabellón de Agüistas, que alberga el manantial de agua medicinal, y probéis sus salutíferas aguas.

Un paseo a orillas del río
La mañana culminará de manera perfecta si la completáis con un paseo a orillas del río Arenteiro, recorriendo uno de los lugares de ocio más emblemáticos de esta población, el Parque Municipal. Es una gran extensión de arbolado surcado por caminos, avenidas y plazas, pasarelas y puentes de madera. Aquí es donde se celebra cada segundo domingo de agosto la Festa do Polbo, la romería por excelencia de O Carballiño. Os animamos a seguir hasta el final del paseo, después del paraje conocido como isla do Filomeno, donde se ubica una piscifactoría, hasta encontrar la Pena dos Namorados, una gran roca en lo alto de un conjunto granítico, envuelta de leyendas sobre tesoros y amoríos.

Pulpo á feira y pan de Cea
A la hora de comer podemos recordar el dicho de la zona: “Para carne, pan e viño, O Carballiño”. Pero no renunciaremos a unas raciones de pulpo á feira, cortado sobre los platos de madera de aliso, con sal gruesa, pimentón y aceite de oliva, por las afamadas polbeiras de la localidad. El pan de Cea, población próxima reconocida por este producto, y los vinos de la Denominación de Origen O Ribeiro serán unos acompañantes de lujo. Para concluir, de postre podéis degustar unas cañas rellenas de crema, dulce típico de O Carballiño, y un licor café, tan popular en la provincia.

De visita a una bodega, en la cuna de O Ribeiro
Por la tarde os proponemos visitar alguna de las bodegas amparadas por la Denominación de Origen O Ribeiro y probar sus vinos. Una opción interesante es acercarse hasta la parroquia de San Clodio, en el ayuntamiento de Leiro, donde se cree que, en la época medieval, los monjes cistercienses plantaron las primeras cepas.
Pasearemos por una plantación de treixadura, una de las varietales de blanco preferentes de la denominación. Junto al viñedo se levanta un coqueto alojamiento de turismo rural, pionero del enoturismo en Galicia, que nació de un viejo y gran casal rehabilitado. Desde aquí veremos ascender los viñedos por la ladera. Con la degustación de sus caldos concluimos la visita y regresamos al hotel para cenar.

Día 3º

Tratamiento en el balneario y visita a un castro

Durante la mañana de la despedida podemos aprovechar las instalaciones termales del balneario para recibir un tratamiento de estética, salud o de relax, que nos prepare para volver a casa liberados por completo del estrés.

El castro de San Cibrao de Las es uno de los más grandes de Galicia
Una vez concluido el tratamiento, podéis aprovechar los escasos kilómetros que separan estas instalaciones del Castro de San Cibrao de Las, uno de los más grandes de Galicia. También es conocido como A Cidade y se encuentra a caballo entre los ayuntamientos de Punxín y San Amaro. Estuvo habitado entre los siglos II antes y después de Cristo, durante la etapa final de la cultura castrexa.

Distinguiréis fuertes y extensas murallas, una dentro de otra, formando dos elipsis casi concéntricas. La superficie intramuros se aproxima a los 100.000 m², de los que prácticamente 9.000 pertenecen a la acrópolis. Con esta extensión es difícil reparar en todos los elementos interesantes que encierra. Os recomendamos que os fijéis en una de sus construcciones más singulares, la fuente-aljibe situada al lado de la puerta oeste de la anteacrópolis.

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