Desde que en el siglo IX se descubrieran en Compostela los restos que la tradición atribuye al Apóstol Santiago, miles de peregrinos llegan cada año a este destino.

Son diversas las rutas históricas que nos conducirán hasta esta ciudad Patrimonio de la Humanidad. Sea cual sea la que escojamos, con cada paso sentiremos el palpitar de la magia jacobea

Viviremos una jornada en Santiago de Compostela, entre sus piedras y sus aguas termales.

Y conoceremos algunas de las villas marineras más pintorescas de Galicia, camino de Fisterra. Allí contemplaremos cómo el Sol muere en el Atlántico.

Más información...
-Oficina del Peregrino (Santiago). www.peregrinossantiago.es
-Catedral de Santiago. www.catedraldesantiago.es

Día 1º

Monumentalidad, gastronomía y aguas termales en Santiago

Entrar en Compostela después de realizar el Camino de Santiago durante largas jornadas de marcha -en algunos casos incluso semanas o meses- nos producirá una sensación única.

Un sinfín de hermosas calles y plazas
Nos dirigiremos hacia la Porta do Camiño, por donde de antiguo entraban los peregrinos del Camino Francés en la ciudad amurallada de Compostela. Las murallas medievales de Santiago ya no se conservan aunque en la ciudad se siguen utilizando los nombres de Porta de Mazarelos, Porta Faxeira, Porta da Mámoa y Porta do Camiño.

Subiremos por la Rúa das Casas Reais, donde podremos contemplar en algunas fachadas los blasones nobiliarios que hacen honor al nombre de la calle. Atravesaremos la coqueta Praza de Cervantes antes de sumergirnos en la Rúa da Acibechería, así denominada por el gremio de artesanos que tallaban la piedra del azabache. Todavía hoy en día hallaremos numerosos orfebres que nos ofrecerán sus creaciones.

Antes de encontrarnos con la majestuosa basílica compostelana, dejaremos a nuestra derecha el Monasterio de San Martiño Pinario, fundado por los monjes benedictinos en el siglo X. Fue el más poderoso de Galicia y el conjunto, que ocupa unos 20.000 metros cuadrados, es una de las mayores construcciones de este género que existen en España.

La Praza do Obradoiro es una de las más hermosas del mundo
Un misterioso arco de piedra nos permitirá atravesar las dependencias del palacio del arzobispo Gelmírez, el más célebre de la historia de Santiago, construido en el siglo XII. Y al instante nos toparemos con la maravillosa Praza do Obradoiro, kilómetro cero de todas las rutas jacobeas.

El momento será sublime y seguramente compartiremos nuestra alegría con decenas de peregrinos que allí se asombran contemplando tantas obras de arte. A un lado el Hostal dos Reis Católicos, obra renacentista mandada edificar por Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Al otro, el colegio de San Xerome, obra del gótico tardío del siglo XV. A nuestra espalda, el Pazo de Raxoi, sede actual del ayuntamiento y recreación neoclásica de equilibradas formas.

A nuestro frente, la sinfonía pétrea de la fascinante fachada barroca del Obradoiro, así llamada por ser el lugar donde trabajaban los canteros que esculpían el granito gallego, transformando la fría piedra en exquisitas formas plásticas. Nos sobrecogerá la contemplación de esta plaza, una de las más hermosas del mundo.

San Martiño Pinario,
que ocupa unos 20.000 metros cuadrados,
es uno de los monasterios
más grandes de España

Recogemos la “Compostela” y visitamos la catedral
Antes de entrar en el templo catedralicio os sugerimos que os acerquéis a la Oficina del Peregrino, donde certificarán vuestra peregrinación mediante el documento de origen medieval que se conoce como la “Compostela”. Podéis depositar aquí vuestras mochilas y realizar así una visita más descansada por la ciudad.

La misa de mediodía se dedica a los peregrinos y durante el Año Santo o en fechas litúrgicas señaladas se hace funcionar el gran incensario conocido como el botafumeiro. Su contemplación nos cortará la respiración y permanecerá para siempre entre nuestros mejores recuerdos.

La Catedral de Santiago nos ofrece multitud de tesoros. El más universal de todos ellos es el Pórtico da Gloria, obra culmen del arte románico, esculpido en piedra por el Maestro Mateo y su escuela de canteros. Resulta obligada la visita a la cripta, donde se encuentra el sepulcro del Apóstol, y el tradicional abrazo a su imagen, que preside el altar central.

Los manjares más exquisitos de la cocina gallega
Es el momento de buscar un restaurante donde saborear la apreciada gastronomía gallega. En la cercana Rúa do Franco -así llamada por identificar a los peregrinos, fundamentalmente de origen francés, que allí se asentaban- encontraremos una gran diversidad de establecimientos especializados en los productos frescos de la cocina autóctona. Pescados, mariscos y carnes se exponen al público en vitrinas refrigeradas, cautivando la atención de los transeúntes, sobre todo de los foráneos, a los que suele sorprender este muestrario culinario. Será también una buena oportunidad para degustar la afamada tarta de Santiago, hecha de almendras desmenuzadas.

Tras la comida podemos dar un paseo sosegado por el casco histórico de la ciudad. La Rúa do Vilar, la Rúa Nova, las plazas que rodean a la catedral y el resto de las calles de origen medieval nos irán mostrando sus secretos. Y nos resultará fácil encontrar algún café con encanto donde descansar, mientras asistimos al espectáculo del continuo deambular de turistas.

De relax en un balneario o en un spa
Para acabar el día sugerimos una opción relajante destinada a aliviar la fatiga de nuestro peregrinaje. En Santiago encontraremos varias ofertas de establecimientos con spa y algún balneario con aguas mineromedicinales así certificadas. Un circuito termal, seguido de un buen masaje, será la mejor forma de concluir la jornada. Y, como broche final, la cena en nuestro hotel-balneario.

Día 2º

Villas marineras camino de Fisterra

Santiago de Compostela es el final tradicional de la peregrinación jacobea. Pero miles de personas deciden continuar su senda de espiritualidad hasta llegar a Fisterra, el “fin de la tierra” como la denominaron los romanos.

Este segundo día lo dedicaremos a acercarnos al mundo marinero de Galicia a través de sus villas más pintorescas. Os proponemos que reservéis un coche de alquiler para realizar una apasionante excursión en busca del lugar donde el Sol se hunde en el inmenso océano Atlántico.

El casco histórico de Noia
La primera parada será en la pequeña localidad de Noia. Podemos pasear por su casco histórico de traza medieval y acercarnos hasta la iglesia de Santa María A Nova para conocer la colección de laudas gremiales que allí se exponen. Son lápidas sepulcrales sobre las que se grababan marcas o signos que identificaban al gremio al que pertenecían los difuntos (marineros, herreros, canteros, zapateros...). En ocasiones, estos signos fueron interpretados como oscuros mensajes simbólicos.

En Muros degustamos los mejores pescados y mariscos
Desde Noia continuamos nuestro camino hacia Muros, bordeando el litoral de su ría y descubriendo en cada curva paisajes marítimos que nos embelesarán. En esta villa encontraremos buenos lugares donde degustar los pescados y mariscos del mar gallego, una selección de frescura y sabor que los sitúan entre los mejores del mundo.

Muros, fundado en el siglo X, fue durante la Edad Media uno de los puertos más importantes de Galicia y declarado conjunto histórico-artístico en 1970. De su frente marítimo, enmarcado por acogedores soportales, parten estrechas callejuelas que nos conducirán a plazas rodeadas de sólidas edificaciones nobles y otras más rústicas y marineras. Aprovecharemos para visitar la iglesia de San Pedro de Muros, de estilo gótico marinero, o la ermita de San Roque, situada en el punto más alto de la villa, desde el que tendremos una bonita vista de toda la comarca.

La desembocadura en cascada
del río Xallas en el mar, un fenómeno
único en Europa

Hórreos, cascadas y el sabor del mar
Por esta ruta de la costa iremos encontrando lugares que nos invitarán a detener el vehículo y nos regalarán vistas y extraordinarios paisajes de faros y playas salvajes. En Carnota dicen que se localiza el hórreo más grande de Galicia, cuya espectacular belleza merece nuestra visita.

En la pequeña población de Ézaro descubriremos otra maravilla natural, la desembocadura en cascada del río Xallas directamente en el mar, una rareza en la Europa continental. Desde el mirador de lo alto de la cascada contemplaremos una de las más hermosas imágenes marítimas de Galicia.

Más adelante valdrá la pena hacer una pequeña parada en Corcubión, antes de acabar nuestra excursión en la villa de Fisterra. Es un enclave muy pintoresco que nos ofrece toda la autenticidad y el aire marinero de los pueblos costeros gallegos. Probaremos el delicioso pan trenzado con huevo, elaborado aquí con gran maestría.

La puesta de Sol sobre el mar en Fisterra
La visita al faro de Fisterra nos proporcionará el instante más esperado del día. Si hemos calculado bien el tiempo podremos detenernos aquí lo suficiente para contemplar la hechizante escena de la puesta de Sol, que desde época inmemorial ha dado lugar a ritos de culto en este lugar, identificado como una “ara solis”, un altar solar primitivo. Tras la última luz llega el momento de regresar a Santiago de Compostela o bien aprovechar alguno de los numerosos restaurantes de la localidad para agasajar a nuestro fatigado cuerpo con una apetitosa cena.

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