Una aventura de cinco días que une el esplendor termal de Galicia con la belleza del Camino de Santiago. Después de realizar un tramo diario del Camino Francés, el agotamiento se compensará con tratamientos relajantes en balnearios.

Cada día combinaremos un tramo de esta ruta jacobea por Galicia con el descanso y la relajación en balnearios, que reviven la edad de oro del termalismo con modernas instalaciones wellness adaptadas a las exigencias del siglo XXI.

Esta propuesta hermana el Camino de Santiago con la riqueza balnearia de Galicia para que cuerpo y espíritu aprovechen lo mejor de ambos. El Camino Francés es la vía de peregrinación a Santiago más conocida, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa y Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Cada día combinaremos un tramo de esta ruta jacobea por Galicia con el descanso y la relajación en balnearios, que reviven la edad de oro del termalismo con modernas instalaciones wellness adaptadas a las exigencias del siglo XXI.

Más información...
-Balneario Río Pambre (Palas de Rei). www.balnearioriopambre.com
-Albergue Los Caminantes (Arzúa). www.albergueloscaminantes.com
-Queso Arzúa-Ulloa. www.arzua-ulloa.org
-Balneario de Compostela (Brión). www.hbcompostela.com
-Catedral de Santiago. www.catedraldesantiago.es

Día 1º

Aguas termales rodeadas de naturaleza en Palas de Rei

Nuestro punto de partida será la población de Palas de Rei, en la comarca de A Ulloa, pleno centro geográfico de Galicia. La atraviesan dos vías principales: la LU-231 y la N-547. Ésta última conecta Lugo con Santiago de Compostela.

Un balneario a orillas de un río
Será conveniente llegar a primera hora de la tarde para disfrutar de su patrimonio, de las instalaciones termales del balneario y de la gastronomía del territorio. Es un punto emblemático del Camino Francés, por eso cuenta con hoteles, casas rurales, pensiones, albergues y con el Hotel Balneario Río Pambre, con categoría de tres estrellas, que aloja la estación termal del lugar.

Encontraréis el desvío bien señalizado desde la N-547. Nada más llegar apreciaréis la arquitectura tradicional de la zona. El edificio principal del balneario es de piedra, madera y pizarra. La construcción de los otros dos, más pequeños, imita a las pallozas, con planta circular y techo de paja. El conjunto, subido en la ladera del río Pambre, se rodea de jardín y áreas de paseo, dentro de un entorno de bosque autóctono con las aguas cristalinas del río discurriendo al fondo.

Visita al castillo de Pambre
Desde las instalaciones se divisa el castillo de Pambre. Desde aquí se pueden tomar buenas panorámicas de su gran torre cuadrada de tres plantas, flanqueada por otras cuatro de menor altura, todas almenadas en punta o en triángulo y unidas por una muralla. Esta fortaleza, icono de la arquitectura militar medieval de Galicia y uno de los pocos supervivientes de las revoluciones Irmandiñas, levantamientos de campesinos contra el poder señorial sucedidos durante el siglo XV, merece una visita. Podéis ir paseando desde el balneario, acompañados de la sombra y la protección de árboles centenarios.

Un circuito termal antes de la cena
Tras la visita os recomendamos regresar al balneario y realizar un circuito termal en sus aguas sulfuradas, fluoradas y bicarbonatadas, indicadas para mejorar las funciones del aparato locomotor y respiratorio, muy aconsejables para afrontar la primera etapa del Camino al día siguiente. Luego podéis descansar en el área de reposo contemplando las vistas al bosque y al río hasta antes de la hora de cenar.

El rey de la gastronomía local es el queso con Denominación de Origen Arzúa-Ulloa. Una tabla que combine el curado y el de granja, más fresco y cremoso, puede ser un entrante ideal a un plato de la excelente carne de esta zona, eminentemente ganadera.

Día 2º

El Camino entre Palas de Rei y Arzúa

En Galicia existen agencias de viajes que pueden organizar los traslados entre los alojamientos y los balnearios y cada inicio y fin de etapa, así como encargarse del transporte de vuestro equipaje y procuraros un vehículo de apoyo a lo largo de toda la ruta. Os recomendamos acudir a ellas o solucionarlo por cuenta propia a través de servicios de taxi o alquiler de vehículos.

Cualquier itinerario del Camino se inicia con un pequeño madrugón que será más llevadero gracias a un buen desayuno. Durante esta jornada haremos la etapa del Camino Francés entre Palas de Rei y Arzúa. Un vehículo nos acercará hasta San Xulián do Camiño, donde empezamos la caminata al lado de su iglesia románica y su cruceiro. Hasta Melide no es un tramo fácil pero su belleza nos recompensará.

Un hórreo circular con techo de paja
Entre Ponte Campaña y Casanova nos asombrará el paso entre un espectacular bosque de ramas retorcidas que parece recrear el imaginario de Tolkien. El pueblo de Leboreiro es la primera parroquia coruñesa de la etapa, un hito en el Camino por su cabazo, un hórreo circular semejante a un gran canastro trenzado con techo de paja. Con la iglesia románica de Santa María al fondo nos proporciona la escenografía perfecta para inmortalizar con una foto nuestro paso por aquí. La antesala de Melide es el puente medieval de Furelos, considerado una joya de la arquitectura civil del Camino.

En Melide, pulpo á feira y sus dulces típicos
Ya en Melide alcanzamos la hermosa plaza empedrada de O Convento, centro del casco histórico, donde se citan el antiguo hospital de peregrinos, el convento de Sancti Spiritus y un pazo del siglo XVIII que alberga el Ayuntamiento.

Si tenemos fino olfato notaremos en las calles los aromas de los hornos tradicionales, que amasan los típicos melindres, los ricos y los almendrados. Reservando estos exquisitos dulces para el postre no podemos renunciar a la costumbre de tomar aquí unas raciones de pulpo á feira, famosas por ser de las más sabrosas de Galicia.

Visitamos un bonito albergue en Arzúa
Abandonamos Melide por la Rúa Principal con intención de completar la etapa hasta Arzúa. Es un tramo fácil y en buen estado, que intercala senderos y pequeñas carreteras entre las poblaciones. En ocasiones nos sentiremos como dentro de una postal, por ejemplo tras pasar Carballal, donde el paisaje se rodea de eucaliptos, especies de hoja caduca y prados hasta el paso empedrado del río Catasol.
En Ribadiso os sugerimos que visitéis uno de los albergues más bonitos del Camino Francés. Es un conjunto de casitas rehabilitadas y un gran jardín con escaleras directas al río, donde podéis daros un chapuzón si es verano.

Ya en Arzúa nos puede recoger el vehículo en el lugar convenido para regresar al balneario de Palas de Rei, donde os sugerimos acompañar el tratamiento termal con un masaje que os deje como nuevos antes de cenar y os asegure un buen descanso.

Día 3º

El Camino, de Arzúa a Arca

Tras el desayuno nos desplazaremos en coche hasta el inicio de etapa en Arzúa, con el objetivo de llegar a la población de Arca, situada en el término municipal de O Pino

La mayor parte del Camino discurre por este ayuntamiento, con muchos tramos entre prados, robles, eucaliptos y cultivos de maíz alrededor de pequeñas aldeas como A Calzada, Ferreiros, A Salceda, A Brea o Santa Irene. Aquí podemos acercarnos a su coqueta ermita dedicada a la santa portuguesa, junto a una fuente de aguas curativas rodeada por frondosos árboles.

Tras la aldea de A Rúa llegaremos a Arca, la capital de O Pino, bien entrados en la hora de comer. Mesones, restaurantes y asadores incluyen en sus cartas productos autóctonos, entre los que destaca la carne de gallina piñeira, una raza autóctona cuyo sabor se define entre el pollo de corral y el ave de caza, y que resulta perfecta para platos de guiso, salteado y horno.

Nos relajamos de la caminata en el balneario de Compostela, en Brión
Tras la comida seguro que os apetece una tarde de relax y reposo. Uno de los balnearios más próximos está en O Tremo, en el municipio de Brión. Se llega en media hora en coche por la N-634, después la AP-9 para circunvalar Santiago y, finalmente, la AG-56 en dirección Noia.
El balneario se encuentra en las instalaciones del Hotel-Balneario de Compostela, construidas sobre el histórico manantial de Nuestra Señora de los Ángeles. Su recorrido termal incluye un circuito indicado para mejorar la circulación en las piernas, que puede sernos de gran alivio tras la caminata. También podéis solicitar un masaje o un tratamiento específico.

Después, una pequeña siesta servirá para restituirnos totalmente del esfuerzo realizado. Además del hotel, en la zona existe una oferta de establecimientos rurales de calidad donde alojarse. Para cenar podéis quedaros en el propio hotel o en los restaurantes y bares de la cercana población de Bertamiráns.

Día 4º

El Camino, de O Pino a Santiago

Después de desayunar nos trasladamos en coche hasta el albergue de Pedrouzo, en el municipio de O Pino, punto de salida para la última etapa del Camino Francés a Compostela.

Tras el pueblo un sendero cubierto por las hojas nos interna en un bosque de eucaliptos hasta la aldea de Santo Antón, desde donde ascendemos hacia el municipio santiagués por otro bosque de pinos y eucaliptos reforestados que aparecen juntos y alineados, con algunos robles.

Tras la última aldea de O Pino, un monolito esculpido con el bordón, la calabaza y la vieira nos anuncia la entrada en el municipio de Santiago. Después de rodear el perímetro del aeropuerto compostelano comienza un descenso hacia A Lavacolla, donde cruzamos el río Sionlla. Antaño los peregrinos se despojaban aquí de sus vestimentas y se lavaban antes de llegar a la ciudad del Apóstol.

Antaño los peregrinos
se lavaban en el río Sionlla
antes de llegar a Santiago

Desde el Monte do Gozo se ven las torres de la catedral por primera vez
Ya estamos cerca del Monte do Gozo, una elevación donde las torres de la Catedral de Santiago asoman a los ojos emocionados de los peregrinos por primera vez en el Camino. Con motivo del Xacobeo 93 el lugar se reconvirtió en una extensa y bonita zona que presta todos los servicios al peregrino.

Cuenta con un gran albergue, restaurantes, hoteles, bares, capilla y una fuente. Será el lugar indicado para reposar, comer y compartir con decenas de peregrinos nuestras sensaciones y experiencias en la ruta jacobea. Una foto de despedida junto al monumento al peregrino que se alza en la cima del promontorio será un agradable recuerdo.
Con la emoción y la imagen de la catedral en la retina os aconsejamos regresar al balneario y disfrutar el resto de la tarde de sus espacios termolúdicos o de un tratamiento de hidroterapia o masoterapia, culminado con una pequeña siesta antes de cenar.

Día 5º

El último tramo del Camino Francés en Santiago

Atravesamos calles y plazas llenas de encanto
Tras el desayuno os aconsejamos limitar la mañana al tramo urbano del Camino Francés en Santiago, que comienza en la prolongada Rúa de San Lázaro, que enlazaremos con las rúas de O Valiño, As Fontiñas y Os Concheiros, que conecta con la Rúa de San Pedro.

Esta calle tiene un auténtico sabor medieval, por sus edificios de poca altura y de piedra oscurecida por el tiempo y la lluvia. Sin embargo, la encontraréis alegre y llena de vida, animada por un comercio muy activo y de calidad, donde destacan sus tiendas de artesanía, cafeterías y donde los bares y tascas de toda la vida comparten acera con las propuestas más modernas en el mundo de la restauración.

Después atravesamos la Porta do Camiño, paso que aún conserva el nombre de una de las puertas de la extinta muralla medieval que rodeaba Santiago. Ascendemos por la Rúa das Casas Reais, donde nos salen al paso sus casas blasonadas y la iglesia de As Ánimas. Fijaos en su bajorrelieve sobre la portada que muestra una expresiva imagen de las almas del purgatorio en llamas.

Alcanzamos la Praza de Cervantes, que suele bullir de actividad pues en ella desemboca una de las calles comerciales más activas del casco histórico, O Preguntoiro. Luego descendemos por la Rúa da Acibechería, que debe su nombre a los artesanos que tallaban el azabache. Hoy se siguen viendo bellas piezas de esta piedra en los escaparates. Más adelante, a nuestra derecha se alza el Monasterio de San Martiño Pinario y la Praza da Inmaculada, que revela la fachada norte de la catedral, a la izquierda.

Compostela todavía conserva
multitud de tiendas
dedicadas al azabache

El mágico descenso por las escaleras bajo el arco del Pazo de Xelmírez, generalmente acompañado por la música que tocan los artistas que buscan aquí su refugio, es paso previo a la Praza do Obradoiro. Y aquí por fin, ante los ojos se erige como suspendida en el cielo la magnífica fachada barroca de la Catedral de Santiago. Para entonces la emoción, seguramente compartida con decenas de peregrinos, será difícil de describir.

La Misa del Peregrino se celebra a las doce del mediodía
Llegaremos a tiempo de escuchar en el interior del templo la Misa del Peregrino, que se oficia todos los días a las doce del mediodía. Si coincide en fechas litúrgicas señaladas, el maravilloso espectáculo de ver volar el botafumeiro, un incensario gigante, será un recuerdo imborrable. También podemos darle el tradicional abrazo al Apóstol, ascendiendo al camarín del altar mayor y visitar sus reliquias en la cripta situada bajo el mismo.

La mejor gastronomía gallega, concentrada en la Rúa do Franco
Nuestro último día en Santiago puede concluir disfrutando de los manjares de la gastronomía gallega. En la cercana Rúa do Franco hallaremos una síntesis de las mejores carnes, mariscos y pescados, que se exponen en vitrinas refrigeradas a las puertas de los restaurantes. Además de comer de plato, aquí es costumbre pedir raciones variadas, que nos permiten gozar de muchos sabores y preparaciones.

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