El último atardecer

En tiempos del Imperio Romano, el cabo Fisterra era el punto final del mundo conocido (Finis Terrae). En realidad esa zona no es la más occidental de la Europa continental, pero sin embargo goza del privilegio de contemplar la última puesta de sol del continente durante dos meses al año.

La Tierra gira todos los días sobre si misma (rotación), con un eje inclinado 23,5º respecto a la eclíptica. Al mismo tiempo, se mueve alrededor del Sol (traslación) y, debido a su inclinación, la forma en que la luz del sol incide sobre la superficie de la tierra varía a lo largo del año, dando lugar a las estaciones.

Los equinoccios (21 de marzo y 21 de septiembre) son los momentos del año en que el sol ilumina de la misma manera los hemisferios norte y sur, y sale exactamente por el este y muere por el oeste. En los solsticios (21 de junio y 21 de diciembre) se alcanzan los puntos máximos de inclinación relativa de los polos hacia el sol: al norte en verano y al sur en invierno.

Si trasladamos esto a un mapa de Europa, y proyectamos una línea de sombra sobre las puestas de sol a lo largo del año, podemos ver que la Costa da Morte es el lugar para observar la última puesta de sol de la Europa continental durante dos meses al año (del 24 de marzo al 23 de abril y del 18 de agosto al 19 de septiembre). Un evento que se traslada en otras etapas del año al cabo Roca o al cabo San Vicente en Portugal, y a otros puntos de la costa noruega.

En la Costa da Morte, los puntos más representativos donde se puede ver este último atardecer son el cabo Touriñán, el monte Veladoiro (cabo Fisterra) y el Alto da Moa (monte Pindo).

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