Las mejores atalayas de Galicia para observar la migración de las aves
O bien parar en las playas de Cariño en invierno buscando gaviotas poco frecuentes. O, simplemente, pasear por la ría de Ortigueira entre noviembre y febrero, y deleitarnos con nutridas bandadas de patos y limícolas. Podemos observar aves en cuatro espacios claramente diferenciados: la Serra da Capelada, la Ría de Ortigueira y Cariño, Estaca de Bares y el mar frente a toda esta zona.
El primer punto, la Serra da Capelada, tiene un perfil abrupto, especialmente en la zona noroeste, con los acantilados más elevados del sur de Europa (Garita da Herbeira), y un predominio del matorral raso. La ría es sinuosa, con multitud de ensenadas, canales y praderas de plantas adaptadas a los cambios de marea; en la zona externa, hay amplias playas. Estaca de Bares es un gran promontorio rocoso que constituye el punto más septentrional de la Península Ibérica, con escarpados acantilados y vegetación rasa de tojos y brezos, con una zona húmeda con carrizo en su punto más resguardado y cultivos arbóreos en el resto. El mar frente a esta zona es un punto sin parangón en toda Galicia (y de los más importantes de Europa) para observar el trasiego de aves marinas. Además, es punto de alimentación de muchas aves que se reproducen en la zona.