Por los senderos del tiempo.
Las camelias del pazo de Rubiáns habitan un jardín imbuido de sombras medievales.
Un jardín que transcurre despacio por los senderos del tiempo: -“aquí un eucalipto del siglo XVIII, allá un par de magnolios que crecieron al tiempo que la casa” parece indicarnos lo que queremos como si de señales de tráfico se tratara. ¿Estarían ya los magnolios en 1380? A lo mejor estaban naciendo, y en Rubiáns se asistiría a la infancia y adolescencia de un magnolio; pocos lugares gozan de semejante privilegio.
Las camelias a su vez se “dispersan por los siglos”, alegres y livianas pero no menos centenarias. Le quitan severidad al jardín y contrastan con el recio porte de la casa, pálidas como un halo de neblina.