Acantilados, islas, estuarios, playas, dunas, peñascos, monte bajo y el Atlántico más bravo como telón de fondo. A lo largo de casi 200 kilómetros, el paisaje de la Costa da Morte, sorprendente por su variedad y buen estado de conservación, ofrece múltiples oportunidades para disfrutar de sus principales atractivos ornitológicos: el paso de aves marinas y otras aves acuáticas así como las concentraciones de limícolas y gaviotas en otoño e invierno. Por si esto fuera poco, a menudo llegan a la Costa da Morte aves procedentes de ámbitos geográficos más inesperados como, por ejemplo, el norteamericano