Una de las especies más llamativas que podemos observar en este mes en los humedales costeros, pero especialmente en O Grove, es la hermosa espátula común. La gran concentración de individuos de esta especie hace de este espacio uno de los puntos de referencia europeos para la invernada y migración. Pero aún hay más sorpresas agradables: es ahora cuando muchas águilas pescadoras procedentes del norte de Europa viajan libremente a través del Atlántico y el Cantábrico hasta alcanzar el continente justo en la costa gallega. Deberemos estar atentos en todo momento a la aparición de estas magníficas aves. Además de los lugares ya citados, el fondo de la Ría de Muros e Noia, la de Ares e Betanzos y la de Vigo son especialmente recomendables.
Sin movernos del litoral, es un buen plan acudir a las playas más bravías que, desde este mes y a lo largo de todo el invierno
Sin movernos del litoral, es un buen plan acudir a las playas más bravías que, desde este mes y a lo largo de todo el invierno, lucen más salvajes, indómitas y solitarias, momento que aprovechan numerosos limícolas para descansar y alimentarse en sus largos periplos a lo largo de las costas atlánticas. El correlimos tridáctilo, de un blanco inmaculado, es una de las especies más características en este mes.
Como en los meses precedentes, los cabos son un buen punto para presenciar el paso de aves marinas en migración
Algunas especies que podemos observar desde ellos están presentes durante todos los meses de la migración de manera más o menos constante, pero otras migran en un mes o una fecha concreta. Octubre es el mejor mes para observar avistar, por ejemplo, el negrón común, un oscuro pato marino que se desplaza a poca altura sobre las olas. Estaca de Bares vuelve a ser el lugar de referencia.
Es frecuente que con los primeros fríos del mes, comiencen a verse especies que pasarán con nosotros el invierno, es el caso de los zorzales alirrojos y los reales; buenos sitios para buscarlos son A Terra Chá, A Limia, las comarcas de Lugo y Sarria, etc.
También llegan los primeros estorninos pintos que se unen en grandes dormideros a los estorninos negros locales para pasar las noches tras alimentarse en las campiñas cercanas. Podemos observarlos en cualquier ciudad al atardecer.